domingo, 6 de mayo de 2012

Ruta día 2. Sevilla - Jabugo - Rosal de la frontera - Sagres (Portugal)

Salimos de Sevilla rumbo a la sierra de Alacena, donde nos espera la degustación de los manjares más sabrosos del cerdo ibérico. Nuestra primera parada pretendemos que sea en Jabugo (-desconocido pueblo de la sierra de Huelva-) jajajaja. Ponemos rumbo a la sierra no sin antes dudar del tiempo que nos encontraremos. Así, desde nuestro hotel, y tras desayunar copiosamente para intentar llegar al final del día a las 14.500 calorías, tomamos ruta hacía los pueblos cercanos al aljarafe, por donde nos adentramos hacia las carreteras despobladas de tráfico hacia la sierra.


Tan pronto es posible, comenzamos a disfrutar de las carreteras llenas de curvas agradables para trazar en moto, asomándonos a la zona más conocida en España por los marranos tan ricos. Nuestro destino inmediato es Jabugo. Llegamos a media mañana. En el desvío dudamos si seguir hacia Rosal o hacer una parada en Jabugo. Juancar a la cabeza del grupo hace la pregunta, mientras nosotros tres con la baba en los labio suplicamos parar inmediatamente para zampar, 'dandolo todo', en el pueblo, nuestro primer avituallamimento matutino (-por la mañana, gonzalo, por la mañana-).

Una vez en el pueblo y tras preguntar donde encontaríamos el mejor jamón, aparcamos las motos delante de la central de Sanchez Romero Carbajal 5J.. 'El fotógrafo de Jabugo', nos hizo 4 fotos, de las cuales 3 tenían su dedaco delante del objetivo. Fué él quien nos indicó otro restaurante situado a 10 metros sin tanta fama pero con mucha más calidad. Allí una pequeña chimenea nos esperaba dando un toque familiar y entrañable al lugar.


No podía ser de otra manera: Ponganos 4 bocatas de jamón pata de puta madre y cañita de lomo para parar un tren. Así sucede, comenzamos con el primer aperitivo rico rico rico. Haciendo honor a la verdad, un poquito escasos de marrano los bocatas y la caña de lomo. Coño, un poco ratas!!.


Allí una niña muy simpática, creo recordar que se llamaba Belén, nos hará unas fotos para la posteridad.
Finalizado nuestro primer stop del día decidimos continuar etapa. Poco más tarde, Juancar hace una parada para ponernos los trajes de agua, pues el aspecto del cielo 'acojona'. Y obviamente 4 o 5 minutos despues ya estábamos debajo de otra marejada de agua.


Un vez llegamos a Rosal de la frontera, y tras repostar para no sufrir demasiado los 'cañazos' de los precios de la gasofa portuguesa, pasamos al país vecino, no sin antes verificar instantaneamente como cambia la carretera, el ancho, el firme, la pintura, todo cuando dejamos España. Por lo tanto seguimos haciendo kilómetros en dirección al suroeste del pais. Así alrededor de las 3 de la tarde (las 2 en Portugal) paramos a comer en un pueblecito que no recuerdo el nombre, donde tras haber preguntado a una amable lugareña nos recomienda el restaurante san remo (ella curraba alli, nos ha jodido!).

Lo cierto es que comimos bacalhao(de 3 o 4 maneras diferentes) y frangos (pollos pequeñitos a la brasa). Nos atiborramos a cervezas Sagres y Super Bock. Un servidor, antes de salir del restaurante, va al baño y pide a unas españolas que nos hagan alguna foto. Mientras mis compis no se enteraban, yo soborno a una de ellas para hacerse la encontradiza conmigo y decir que éramos amigos. En fin, no se porque cojo.. se me ocurren esas estupideces, sera por la cerveza!!, el caso es que nos hace unas fotos antes de irse.

Nosotros en breves momentos tomaremos nuevamente las motos para poner rumbo hacia Sagres. JuanCar propone una ruta más bonita con carretera de curvas pero con las opciones de que si nos encontramos mucha lluvia podamos optar por enlazar con la autopista. Finalmentre eso es lo que haremos. Y como buenos spanish motomans, nos 'fumamos' el pago de las autopistas. Ahhhh si no hay barrera y no hay que pillar tickets, pues nusaltres pasamos. Ya más tarde veremos si pasa algo. Nada, solo unos semáforos en amarillo antes de salir de la autopista nos avisa de que nos hemos fumado el pago.

Ya cerca de sagres, repostamos y paramos a fumarnos un sigarrito mientras comenzamos a recibir el sol y el buen tiempo como premio por los cientos de kilometros que llevamos estos dos días 'under the rain'.



La vista es magnífica, la parte más al suroeste de la península con el atlántico al fondo nos recibe. Continuamos rapidamente hacia el hotel. Al llegar, vemos un sitio privilegiado en primera linea de mar, y con unas vistas maravillosas. El hotel precioso, confortable, con un spa estupendo. Con vistas desde el spa, desde el gimnasio directamente al mar.



Al llegar al hotel, el que escribe, casi endiña la moto en la puerta giratoria para la entrada del hotel. Juancar flipa, pensaba que iba a entrar en caballito

Nuestras habitaciones estaban 'a tomar por culo'. Además, joder, como pesan las maletas por todos los pasillos interminables del hotel. Yo me voy a mi nido de amor con el 'marrano, pedorro' de gonzalito. Un recital de ventosidades expulsadas por los cuartos inferiores y por las partes superiores, hacen que nos descojonemos de risa cada 5 minutos. Gonzalo, todavía me duele el estómago de las risas del viaje. Ahora, eso si, esa parada en seco a tu salida del baño, bajandote los gallumbos delante de mi, no la acabo de entender, cabron, jajajajajaja.

He de confesar que está muy mal eso de cambiar los números de las habitaciones, lo reconozco. Pero los carteles con los números de las habitaciones se podían quitar facilmente, así que en un acto poco europeo, se me ocurrío cambiar un par de habitaciones de número. Coño para darle un poco de humor a la vida, no?

Yo muy serío, para secar mi ropa de entrenamiento, la tiendo en la parte interna del balcon de nuestra habitasió, y claro con el airecillo se va al carajo, pero que más dá, ya la recogeré després!.

Preguntamos donde sería más interesante cenar un buen pescado fresco. Salimos a dar una vuelta por el pueblo donde Gonzalo se compró una mesa camilla de bañador, digno de un elefante africano, en una tienda de surferos, donde encontramos las zapatillas de la playa del pequeñin, y donde juancar sostiene las zapas de la pisci que le regalaremos al pequeñin cuando sea mayor.



Despues de peinar la 'zona desertica' de Sagres decidimos ir al restaurante la tasca, justo debajo del hotel. Eso sí, 'como lleguen ustedes despues de las 10 ya no funciona la cocina'. Joder con los putos horarios!!.

Pues cenamos unas sardinas con patatas cocidas, unos calamares rellenos con arroz a la algarvinha o no se que. Bueno, el caso es que la cena no fue para tirar cohetes, pero en fín. Para finalizar la jornada nos tomamos unas copas en un garito de surferos especialistas en cocteles. Por lo tanto ya entrados en materia nos soplamos un par de copas o tres cada uno.

De vuelta al hotel, a planchar la oreja!! Al día siguiente volvemos pa'paña, pa Cai !!

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